Notas

La sonrisa y el circuito de la angustia

"Sonrío porque estoy contento, del mismo modo que estoy contento porque sonrío. Dr. M.A. Puig."

Como afirma el Dr. Mario Alonso Puig (reconocido especialista en el mundo de la inteligencia y la cognición humana) la sonrisa tiene la capacidad de alterar el circuito de la angustia ya que está mandando al cerebro el mensaje que todo está bien, si se mantiene la sonrisa el cerebro necesariamente tiene que hacer algo para adaptarse a ese mensaje gestual, aunque la sonrisa sea fingida, o sea, haciendo el esfuerzo por sonreír aunque sea sin ganas, ese arco que va al cerebro tiene literalmente la capacidad de cambiar el estado emocional.

Richard Davidson (psicólogo y catedrático en la Universidad de Wisconsin) descubrió que cuando vemos cosas tristes o le damos vueltas a pensamientos negativos, la parte del cerebro que se muestra más activa es nuestra región pre frontal derecha, esa parte del cerebro que tiende a ver siempre el vaso medio vacío. Pero cuando sonreímos de verdad, aumenta la actividad de la región pre frontal izquierda, justo la zona que está encima del ojo izquierdo, esta región es la generadora de emociones positivas. Entonces el rostro tiene una gran concentración de receptores que envían información al cerebro y este está continuamente descifrando esta información, si sonreímos nuestro cerebro decodificará que es porque estamos contentos. Pero esto no se logra de un día para otro, sino que requiere un proceso continuo y responsable.

Lo mismo sucede, según el Dr. M. Puig, al utilizar palabras positivas. Nuestras palabras abren espacios emocionales, llaman a determinadas imágenes que emiten determinadas señales. Todo esto trae esperanza porque en la gestión de nuestra cara, de nuestras palabras y de nuestro accionar, está también la gestión de nuestro mundo emocional.

La Universidad de Harvard ha demostrado que entre un 60 y 90 por ciento de las consultas a médicos generales en el mundo occidentalizado son debidos a emociones tóxicas. Y esto se debe, entre otras cosas, a que cuando tenemos emociones tóxicas, ya sea enojo, frustración, resentimiento, etc., sostenidas durante algún tiempo, segregamos una sustancia que se llama cortisol, el cual se acopla a la membrana de los glóbulos blancos, de los linfocitos, y otras células que nos protegen de bacterias, virus y tumores y no los dejan funcionar, por eso es más fácil que nos enfermemos. Saber esto nos da la posibilidad de cambiar nuestros estados emocionales.

El Dr. M. Puig también explica que vivimos en espacios de la realidad, lo que vemos es solo una parte de lo que la realidad es, la vida tiene sus partes lindas y sus partes feas y negarlas es negar la realidad, pero junto a esa parte de la realidad que no nos gusta podemos buscar la otra parte de la realidad que también existe. Tengamos en cuenta que donde nosotros ponemos la atención van nuestras emociones. Si solo nos enfocamos en el aspecto negativo de las cosas, llega un momento en que aunque haya algo positivo y valioso no lo podremos ver. La percepción es una construcción cerebral. Cada uno tiene su sesgo de atención, hay personas que viven en un mundo de oportunidades y otros que viven en un mundo de amenazas. Ambos viven en un mismo espacio físico, pero no en un mismo espacio mental. Si creo que hay oportunidades iré en búsqueda de esas oportunidades.

Además, el reconocido Doctor afirma que los estados emocionales afectan el material genético. La ciencia epigenética ha comprobado que los estados emocionales de la persona movilizan ciertas moléculas que interactúan con la membrana de la célula, tienen acceso al material genético y hacen que unos genes queden dormidos y otros genes despierten, imaginen el impacto de esto, hay genes que es maravilloso que despierten, genes relacionados con neurotransmisores asociados a la inteligencia, y hay otros genes que es mejor que sigan dormidos, como los oncogenes. Entonces, nosotros como seres humanos no estamos "hechos" del todo, sino que nos vamos haciendo. Hoy sabemos que el cerebro es plástico., entonces la neuroplasticidad tiene dos facetas: la conexión de nuevas neuronas y la generación de nuevas neuronas a partir de células madre. Podemos generar entre 500 y 1000 neuronas a partir de células madre, esto quiere decir que cuando estamos buscando el lado positivo de la vida, sin negar que hay un lado más duro, estamos cambiando la estructura física del proceso, influenciando en "para qué" va a servir el nuevo tejido cerebral. Las células madre tienen que viajar un milímetro hasta el hipocampo y allí en 21 días se han convertido en nuevas neuronas, estas nuevas neuronas de la memoria y el aprendizaje reestructuran toda nuestra personalidad porque tienen conexiones a la corteza cerebral.

Todo esto quiere decir que de algún modo estamos reinventando nuestro cerebro y a medida que va pasando el tiempo, el cerebro realmente, físicamente cambia y se comienza a ver con facilidad aquello positivo de la vida, con lo cual la forma de relacionarse con la vida será distinta, mejor y más alegre. Y no se negará el problema, pero se le dará más peso a la oportunidad.