Notas

La tercera Ola -y el Cambio- Alvin Toffler 40 años después

Los cambios que el mundo está viviendo en los últimos 40 rompen paradigmas y nos presentan un mundo que está rápidamente emergiendo del choque de nuevos valores y tecnologías, nuevas relaciones geopolíticas. Nuevos estilos de vida y modos de comunicación, exigen ideas y analogías, clasificaciones y conceptos completamente nuevos.

Es tan profundamente revolucionaria la nueva civilización que plantea Toffler , que constituye un reto a todo lo que se daba por sentado. Las viejas formas de pensar, las viejas fórmulas, dogmas e ideologías, por estimadas o útiles que hayan sido en el pasado, no se adecuan ya a los hechos.

Sin embargo, al explorar las numerosas nuevas relaciones que están surgiendo —entre cambiantes pautas de energía y nuevas formas de vida familiar, o entre avanzados métodos de fabricación y el movimiento de autoayuda, por mencionar sólo unas pocas—, descubre de pronto que muchas de las mismas condiciones que producen los más grandes peligros de hoy abren también la puerta a fascinantes potencialidades nuevas.

La tercera ola, aunque tomando nota de las dificultades de adaptación, hace hincapié en los costes, igualmente importantes, de no cambiar ciertas cosas con la suficiente rapidez.

Una vez que se comprende la interrelación existente entre estas partes, procesos y principios, y cómo se transforman mutuamente, provocando poderosas corrientes de cambio, se adquiere una comprensión mucho más clara de la gigantesca ola de cambio que está golpeando actualmente nuestras vidas.

La gran metáfora de esta obra es la de olas de cambio que chocan entre sí.

El Autor manifiesta que cuando empezo a pensar en términos de olas de cambio que entrechocaban y se arremolinaban, provocando conflicto y tensión a nuestro alrededor, cambió su percepción del cambio mismo. En todos los campos, desde la educación y la salud hasta la tecnología, desde la vida personal hasta la política, se hizo posible distinguir aquellas innovaciones que son meramente cosméticas, o simples extensiones del pasado industrial, de las que son verdaderamente revolucionarias.

En una época de explosivos cambios —en que las vidas personales se ven desgarradas, el orden social existente se desmorona y una nueva y fantástica forma de vida comienza a asomar por el horizonte—, formular las más amplias preguntas acerca de nuestro futuro no es una simple cuestión de curiosidad intelectual. Es una cuestión de supervivencia.

Lo sepamos o no, la mayoría de nosotros estamos ya empeñados en resistir —o en crear— a la nueva civilización y para ello debemos estar abiertos al cambio.