Notas

Los Telómeros: Nuestro Reloj Biológico

El envejecimiento es un proceso complejo, signado en gran medida por la longitud de los telómeros.

Los telómeros son los nucleótidos del ADN celular que se encargan de proteger la información genética y permitir la división celular y se encuentran en los extremos de los cromosomas. Una forma de imaginarlos es compararlos con las fundas de plástico del extremo de los cordones de zapatos, que impiden que estos se deshilachen, entonces, cumplen la función de capuchón protector. Estos telómeros a medida que pasan los años se hacen cada vez más cortos y eso conlleva al deterioro físico de la célula, a su vejez y finalmente a su muerte, por tanto actúan como un reloj biológico.

Pero los telómeros también pueden sufrir reducciones aceleradas a causa de factores estresantes: depresiones, traumatismos físicos o psíquicos e incluso la obesidad. En opinión de Afton Hassett, investigadora principal del Centro de Investigación del Dolor y la Fatiga Crónica de la Universidad de Michigan: «El acortamiento acelerado de los telómeros puede indicar vulnerabilidad a las enfermedades, al envejecimiento prematuro, e incluso la muerte».

En diferentes investigaciones se ha observado el acortamiento de los telómeros en diferentes patologías, entre ellas, distintos tipos de cáncer, cardiopatías coronarias, hipertensión, diabetes y artritis. Los telómeros, pues, revelan la exposición al estrés acumulada por un individuo y su capacidad para superar ese estado. Es decir, proporcionan una medida de la edad biológica, más que de la cronológica. Afortunadamente existe una enzima en el organismo, la telomerasa, que es la encargada de reparar los telómeros a fin de impedir que se acorten y por tanto, mantener la capacidad replicativa de las células, aminorando o revirtiendo el proceso de envejecimiento.

Entonces la manera de prevenir o reducir el acortamiento prematuro de los telómeros es aumentar la actividad de la enzima telomerasa, que estimula la vitalidad de los telómeros.

¿Y cómo logramos activarla?

La respuesta a esta pregunta aún está en estudio, sin embargo hay recomendaciones en las que todos los investigadores coinciden y tienen que ver con estilos de vida saludable como camino para lograr la conservación de telómeros celulares, es decir, para hacer que el proceso de envejecimiento sea mas lento.

Los hábitos que impactan directamente en el acortamiento de los telómeros son:
• Fumar
• Mala alimentación
• Obesidad
• Sedentarismo
• Falta de sueño
• Ambientes Contaminantes
• Estrés: El estado emocional influye en el estado físico, y la relación se observa a nivel celular: el estrés crónico acorta los telómeros, y el cortisol constante reduce además la activación de telomerasa.

Hay estrategias comprobadas para minimizar el impacto del estrés en los telómeros:
• La actividad física: Existen evidencias que el ejercicio físico protege contra el acortamiento de los telómeros.
• Meditación: se ha comprobado que el estrés psicológico es uno de los mayores influyentes en el envejecimiento celular. Así pues la práctica de técnicas de relajación y meditación influye positivamente en la preservación de la longitud de telómeros.
• Vida social: El aislamiento social acorta los telómeros en animales, y siendo el ser humano la especie más social, es de esperar que el efecto en nosotros sea todavía mayor.
• Alimentación saludable: rica en frutas, verduras y pescados.
• Ayuno intermitente para eliminar toxinas del organismo.

Entonces modificando algunos hábitos podemos prevenir el acortamiento de los telómeros, incluso alargarlos, y con ello alargar también nuestra existencia, y calidad de vida.